Mi absolución en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados

Hoy 29 de mayo de 2018 se convierte en un día histórico para mí. El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados me absolvió del supuesto mal desempeño de funciones que me atribuyó la ITAIPU BINACIONAL. El proceso duró más de 4 años y 5 meses, periodo durante el cual ejercí la magistratura judicial bajo la constante amenaza de remoción, de temor y de terror sembrados por la denunciante y su instrumento, el Jurado. Por mi parte, jamás negué la autoría de la resolución cuestionada, la asumí; jamás dije que la dicté por equivocación, ratifiqué que está conforme a derecho; defendí su legalidad, la justifiqué. Pero el Jurado no lo reconoció como tal; dijo que me absolvía en virtud del principio in dubio pro reo en razón de no reunir los votos para la condena. En suma, allí primó el criterio de la minoría. No obstante, aclaro que NO FUI PROCESADO POR ACTOS DE CORRUPCIÓN ni nada que se le parezca, sino por haberme jugado por el derecho de los trabajadores, de los dirigentes sindicales concretamente; por haber ordenado el reintegro a su puesto de trabajo de un dirigente sindical de Itaipú, despedido sin causa. Durante mi enjuiciamiento jamás pedí clemencia porque si un juez de la República pide clemencia o perdón o admite que cometió errores, el pueblo ya no tendría a qué atenerse, hundido en el desamparo. Durante todos estos años difíciles para mí, en que tuve que trabajar bajo la espada de Damocles, solo reclamé justicia; nunca favores, ni perdón ni clemencia. Tampoco cedí a la corrupción de comprar mi liberación. Salgo de este caso con mi dignidad intacta pero moralmente casi quebrado, porque perdí la fe en mucha gente y salgo con la salud quebrantada, con una úlcera sangrante en el estómago que espero no desemboque en algo peor.

Dr. Tadeo Zarratea, Juez de la República del Paraguay.

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