En el plano laboral, el
año 2019 fue muy duro para mí. Como Juez he tenido que soportar el traslado de varios
funcionarios muy valiosos y por supuesto
el infaltable enjuiciamiento ante el Jurado.
Una empresa que reconoció la relación laboral, la antigüedad y el
despido sin causa del trabajador demandante, dijo que si bien no esperaba ganar
la contienda judicial tampoco esperaba
semejante monto de la condena y me denunció ante el Jurado. Pues, allí está mi proceso con dos o más años de
duración. Y así, siempre trabajando bajo la espada de Damocles llegué a finalizar
el año 2019 con 306 Sentencias Definitivas dictadas, 815 Autos Interlocutorios y
803 Oficios remitidos. Quedaron pendientes solo 6 expedientes llamados para
sentencia.
Pero el año 2019 me convirtió en súper juez, no por la
cantidad de resoluciones dictadas ni por la enjundia de mis sentencias, sino
por la cantidad de Juzgados que llegué a regentear en el año. En setiembre
fueron a recibir capacitación en el exterior dos colegas; ambos me pidieron que
los interinara por una semana, y yo les acepté sin percatarme de que sus
jornadas coincidían, ambas se realizaban en la misma semana. Por tanto me quedé
al frente de 3 Juzgados Laborales esa semana; pero días antes ascendieron otros
dos colegas, y como nunca, se les hizo jurar de inmediato. Asumieron sus
puestos en las Cámaras de Apelación y dejaron dos Juzgados vacantes. Al
ascender el Juez del 4º Turno, Julio César Centeno, el Juzgado que dejaba
quedaba a mi cargo, porque es norma inveterada
en la administración judicial que, si por alguna causa un juez no está
presente, le sucede sin más el que le
sigue en orden de turno, porque un Juzgado de la República no puede cerrar sus
puertas en días hábiles. Ascendió también y juró de inmediato la Juez del 1r
Turno, Sandra Bazán. Su interina por imperio de la ley era la Jueza del 2º
Turno, Graciela Ortiz, pero ella estaba en el exterior como ya lo tengo
mencionado y yo era el interino designado de su Juzgado; por tanto tuve que hacerme cargo también del Juzgado
del Primer Turno. De esta forma sucedieron los hechos que me convirtieron en JUEZ DE CINCO JUZGADOS durante una semana.
Luego volvieron los viajeros y me quedé con tres; en la siguiente semana fue
designada una nueva Juez para el Primer Turno y me quedé con dos Juzgados,
situación que sigue hasta la fecha. Como interino del 4º Turno dicté 56
sentencias definitivas para ese Juzgado y 147 Autos Interlocutorios, que se
sumaron a las anteriores resoluciones dictadas por el Juez Centeno. No obstante
todo ello, llegué con vida al final del
año 2019, si bien no puedo decir “con muy buena salud”.
Es posible que algunos lectores de este relato se
pregunten: ¿Paga el Poder Judicial por los trabajos extraordinarios? ¿Remunera las horas extraordinarias de trabajo?
¿Sabe acaso que en materia laboral, la gratuidad no se presume? Yo no tengo las respuestas.
Y qué más puedo decir? Solo que me llena de satisfacción el hecho de
servir a la gente en nombre de la Patria, con abnegación y entrega, porque ella me ha
comisionado para que, durante una temporada, me dedique a dar cumplimiento, en
su nombre, a uno de sus fines: el de HACER JUSTICIA. Esto nos prometieron los
padres de la patria, y para que no nos olvidemos dejaron escrito en el escudo del pabellón nacional la consigna:
PAZ y JUSTICIA.
Asunción, 9 de enero de 2020.-
Prof. Dr. Tadeo Zarratea Dávalos
Juez en lo Laboral de la República
del Paraguay
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